París, 23 de agosto de 2006 – Las autoridades holandesas, belgas y alemanas han notificado oficialmente a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) la aparición en su territorio de un brote de lengua azul que afecta al ganado ovino. Los informes de notificación figuran en el sitio web de la OIE (https://www.woah.org/es/).
Según el primer informe remitido por los Países Bajos el 18 de agosto, el brote afectó a una explotación de la provincia de Limburg. Los análisis de laboratorio confirmaron que se trataba de lengua azul, aunque todavía se está investigando el origen de la infección.
Las intensas actividades de vigilancia emprendidas por las autoridades holandesas, belgas y alemanas sirvieron para detectar otras explotaciones afectadas en las inmediaciones de la primera.
Las autoridades holandesas, al igual que las belgas y alemanas, han adoptado medidas clásicas de control zoosanitario como la zonificación, el control de los desplazamientos del ganado y la vigilancia continua dentro del país. Se seguirán realizando pruebas sistemáticas de detección para determinar el alcance de los brotes.
La lengua azul es una enfermedad vírica transmitida por insectos, a la que son sensibles todas las especies de rumiantes pero que no entraña peligro alguno para la salud humana . Fue descrita por primera vez en Sudáfrica, donde seguramente ha sido endémica en los rumiantes salvajes desde tiempos muy remotos, pero desde entonces se ha señalado su presencia en la mayoría de los países tropicales y subtropicales. Tradicionalmente se ha aceptado que su distribución mundial, que comprende las áreas donde es endémica, se sitúa aproximadamente entre las latitudes 50°N y 35°S. Al margen de las zonas de endemismo, desde 1999 se ha descrito la presencia de lengua azul en Grecia, Italia, Francia (Córcega), España y Portugal. Otros países europeos en los que también se han declarado casos son Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Chipre, Croacia, la ex República Yugoslava de Macedonia, Serbia y Montenegro y Turquía (véase el sitio web de la OIE).
La lengua azul aparece sobre todo en épocas de alta temperatura y pluviosidad, y suele desaparecer con las primeras heladas o al empezar los fríos intensos.
Este primer brote en los Países Bajos ha surgido a la latitud más septentrional en la que jamás se ha diagnosticado la enfermedad.
Enfermedades emergentes
Por “enfermedad emergente” se entiende toda nueva infección resultante de la evolución o modificación de un patógeno o parásito ya existente, lo que provoca cambios en el tipo de huéspedes afectados, el vector, el patrón de patogenicidad o las cepas del microorganismo. Tratándose de la primera vez que aparece en la parte septentrional de Europa, cabe considerar que la lengua azul constituye una enfermedad emergente en la zona.
Es sabido que la mundialización, los cambios del clima y el aumento de la velocidad y volumen de los transportes internacionales y el movimiento de pasajeros son otros tantos factores que pueden favorecer la propagación de patógenos y la aparición de enfermedades.
La rapidez de la detección y respuesta, junto con la excelente colaboración entre las autoridades veterinarias de los Países Bajos, Alemania y Bélgica a la hora de combatir esa enfermedad emergente, han sido fundamentales para contener su propagación y poner en práctica todas las medidas de control zoosanitario.
Aunque todavía se está investigando cuál es el origen del brote, la OIE destaca la importancia de disponer de servicios veterinarios eficientes. La capacidad de detectar con prontitud un suceso imprevisto como este brote y de responder a él con rapidez depende de la eficacia del sistema nacional de vigilancia y de la transparencia de las notificaciones. Los servicios veterinarios son no sólo garantes de la sanidad animal, sino también, por su vinculación con las enfermedades zoonóticas, custodios de la salud pública.