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¿Qué está impidiendo que los países informen sobre enfermedades animales en Asia y Pacífico? 

reporting animal diseases_farmer in Asia walking cattle in an open field

Al contrario de las suposiciones comunes entre los expertos en sanidad animal, cuando nuevos brotes surgen, la capacidad limitada y el conocimiento organizacional son barreras más importantes para la notificación de enfermedades que el miedo a las repercusiones para el sector ganadero. Este hallazgo proviene de un nuevo estudio de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) en la región de Asia y Pacífico, que por primera vez aplica un enfoque conductual a este tema. 

Cuando se produce un brote de una enfermedad animal, la información es clave para controlar su propagación y garantizar que los ganaderos de la zona y de los países vecinos puedan continuar con sus actividades habituales, protegiendo ante todo la sanidad animal. Para facilitar el intercambio de información útil sobre eventos sanitarios animales, la OMSA creó el Sistema Mundial de Información Zoosanitaria (WAHIS): una plataforma a través de la cual nuestros Miembros están obligados a notificar cualquier brote de enfermedades animales listadas en su territorio. 

Esa es la teoría; luego viene la práctica. Los profesionales de la sanidad animal deben poner estas normas en acción, y eso puede ser un desafío. Hay muchas razones por las que un Miembro de la OMSA podría no notificar una enfermedad, algunas de las cuales se han convertido en suposiciones comunes entre los expertos en sanidad animal. La capacidad limitada, la falta de tiempo o el temor al escrutinio internacional son solo algunas de las barreras que a menudo se mencionan como obstáculos para una notificación oportuna. Sin embargo, nuevas investigaciones en la región de Asia y Pacífico ofrecen una perspectiva renovada sobre por qué algunos Miembros no reportan enfermedades animales a la OMSA. 

Desmintiendo suposiciones comunes

Aunque estas ideas sobre las barreras para la notificación no son necesariamente incorrectas, el informe Idenstificando barreras para la notificación de enfermedades animales terrestres y acuáticas en Asia y Pacífico demuestra que aplicar un enfoque conductual a este tema puede ofrecer una perspectiva completamente nueva. 

A partir de la encuesta y del análisis de todos los datos recopilados, queda claro que la notificación de enfermedades depende en gran medida de la capacidad de actuación. Las personas son el centro de una notificación exitosa. Por ello, por primera vez, el estudio adoptó un enfoque conductual, partiendo de la premisa de que todo está influenciado por las personas, especialmente cuando se trata de bioseguridad. 

Con esto en mente, el estudio mostró que, contrariamente a la creencia común, no hay evidencia que respalde la idea de que la importancia de un sector influya en la intención de notificar una enfermedad. En otras palabras, los países no son menos propensos a reportar un brote simplemente porque afecte a un sector animal importante en su territorio. Otra suposición frecuente que merece ser reconsiderada, al menos en la región de Asia y Pacífico, se refiere al riesgo percibido de la notificación. El estudio encontró que este riesgo percibido es en realidad bajo entre los países involucrados. De manera similar, el análisis no identificó relación alguna entre la confianza en los socios comerciales y la intención de notificar. En conjunto, estos factores parecen tener menos influencia sobre el comportamiento de notificación de los Miembros de la OMSA de lo que se pensaba anteriormente. 

Aprendiendo de los hallazgos clave 

Por otro lado, el estudio evidencia que el conocimiento organizacional y la capacidad, así como el control conductual percibido, son fuertes predictores de la intención de notificar. Dicho de otro modo, los países tienen más probabilidades de reportar una enfermedad cuando las personas responsables están bien capacitadas y seguras de los procedimientos que deben seguir. De igual manera, cuanto más fácil se percibe el proceso de notificación, mayor es la disposición de los países a cumplir con sus obligaciones de reporte. 

Otro hallazgo clave del estudio es la actitud positiva hacia la notificación y la percepción de los beneficios que conlleva, compartida por los países que participaron en la encuesta y en los grupos focales relacionados. 

Equilibrando riesgos y beneficios 

Los Miembros de la región de Asia y Pacífico que participaron en el estudio destacaron que el mayor riesgo que perciben al notificar un brote es la posible reducción en el acceso a los mercados internacionales. Por el contrario, reconocen que mantener una reputación internacional de transparencia constituye el beneficio más significativo. En general, los resultados de la encuesta indican que existe margen de mejora en la región y, potencialmente, a nivel global. 

En conjunto, el estudio reveló muchos aspectos positivos sobre la notificación en la región. Las actitudes hacia la notificación son fuertemente positivas y los beneficios percibidos de reportar enfermedades son consistentes y claros. A pesar de estas fortalezas, se identificaron varias barreras clave, que incluyen desafíos en el diagnóstico y la confirmación de laboratorio, procesos de toma de decisiones y administrativos, así como limitaciones en los sistemas de vigilancia y reporte. A partir de estas conclusiones, el estudio desarrolló pasos concretos y recomendaciones clave para fortalecer sistemas de sanidad animal más resilientes y receptivos en toda la región de Asia y Pacífico.