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La OMSA otorga premios a los miembros por almacenar y destruir de manera segura los materiales del virus de la peste bovina 

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La presencia de los últimos materiales en el mundo que contienen el virus de la peste bovina complica el panorama mundial de riesgos, amenaza la estabilidad y perpetúa el peligro de reaparición de la enfermedad. Una iniciativa innovadora ha permitido que las Instalaciones de Conservación de la Peste Bovina designadas por la FAO y la OMSA puedan secuenciar sus reservas de virus antes de destruirlas de forma segura, preservando así información genética valiosa que podría resultar crucial para futuras investigaciones y la preparación ante emergencias.

Durante la Sesión General de este año, se emitió un nuevo certificado para premiar a los Miembros que han realizado esfuerzos significativos para confinar y destruir los materiales de peste bovina almacenados en sus instalaciones.

Los Miembros galardonados fueron Francia, por la destrucción completa de todos los materiales de peste bovina salvo las vacunas destinadas a la preparación internacional, y la India, por haber sido designada como Instalación de Conservación de la Peste Bovina e iniciar el proceso de reducción de inventario como parte de su nuevo mandato. Este evento marca la primera vez que los Miembros de la OMSA reciben tal reconocimiento, constituyendo un hito en los esfuerzos a largo plazo de la organización para mantener al mundo libre de esta enfermedad erradicada, garantizando en última instancia la salud de todos. 

A pesar de su exitosa erradicación sobre el terreno, el virus de la peste bovina no ha sido eliminado por completo de los laboratorios: doce instituciones en todo el mundo aún conservan muestras. La presencia del virus supone un riesgo tanto de reintroducción accidental de la enfermedad como, aunque en menor medida, de liberación deliberada por parte de actores malintencionados. Los Miembros de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) acordaron almacenar el virus únicamente en Instalaciones de Conservación de la Peste Bovina (RHFs, por sus siglas en inglés) altamente seguras, inspeccionadas y aprobadas conjuntamente por ambas organizaciones, las cuales representan ocho de los doce laboratorios.  

Hoy en día, la mejor manera de evitar el resurgimiento de la peste bovina es asegurarse de que los materiales que contienen el virus sean destruidos. No obstante, algunos científicos han expresado su preocupación por la pérdida irreversible de datos virológicos, genéticos y de propiedad intelectual que implica dicha destrucción. Por ello, se ha adoptado ampliamente una iniciativa que anima a las RHFs a realizar el secuenciado genómico de los materiales de peste bovina antes de destruirlos. 

La implementación del primer proyecto “Secuenciar y destruir” fue liderada por científicos del Instituto Pirbright –una de las ocho Instalaciones de Conservación de la Peste Bovina– con el objetivo de eliminar las muestras de virus conservadas en el Instituto, como explicó la Dra. Carrie Batten, Jefa del Laboratorio de Referencia para Enfermedades No Vesiculares de Pirbright. 

El proyecto “Secuenciar y destruir” tiene tres resultados específicos: 

  1. Datos genéticos relativos a aislados históricos del virus de la peste bovina; 
  1. Establecimiento de un archivo permanente de datos genéticos, epidemiológicos y patológicos; 
  1. Destrucción del virus de la peste bovina. 

Establecer un archivo permanente de datos genéticos conlleva múltiples beneficios. Si alguna vez se necesitara de nuevo un virus vivo, los avances en biología sintética han hecho posible su reconstitución con relativa facilidad a partir de los datos de secuencia, lo que permite apoyar la investigación sobre evolución viral e informar sobre el control de otras enfermedades animales y humanas causadas por virus similares, incluyendo el virus de la peste de los pequeños rumiantes (PPR). Esto significa que, en caso de una reaparición de la peste bovina, disponer de información genética en bases de datos públicas facilitaría su investigación y el rastreo de su origen. 

Aún nos queda mucho por entender sobre la peste bovina, ya que las campañas de erradicación han tenido impactos en la evolución del propio virus”, explica el Dr. Arnaud Bataille, del Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (CIRAD)

Con Francia recibiendo el certificado en la Sesión General de este año, el CIRAD ha demostrado ser digno de la confianza de la comunidad internacional para conservar y destruir de forma segura el virus de la peste bovina.

Este es un logro histórico. Los últimos avances del proyecto ‘Secuenciar y destruir’ nos enseñan que es esencial conservar el conocimiento sobre la enfermedad, lo cual puede resultar vital para comprender las enfermedades del mañana

Marie-Christine Le Gal, Delegada de Francia ante la OMSA. 

En conjunto, la historia de éxito de la peste bovina, desde su erradicación pionera hasta los recientes esfuerzos posteriores y el secuenciado de los últimos reservorios del virus antes de su eliminación, es una fuente de inspiración para la comunidad sanitaria mundial. “La peste bovina ofrece un ejemplo poderoso de unidad firme y sentido compartido de propósito dentro de una profesión”, concluye la Dra. Le Gal. “Esa unidad ha permitido que todo el sector se organizara, actuara con responsabilidad y lograra progresos concretos. Es un modelo que deberíamos recordar y del que deberíamos aprender frente a los nuevos e imprevisibles desafíos de nuestro campo”. 

Mirando hacia el futuro, la OMSA apoya a su Red de Instalaciones de Conservación de la Peste Bovina en seguir el ejemplo del CIRAD, destruyendo sus materiales de peste bovina, excepto las vacunas destinadas a la preparación internacional. Los Miembros de la OMSA que aún conservan materiales de peste bovina fuera de las Instalaciones designadas son instados a destruirlos o a presentar una solicitud para ser considerados como Instalación de Conservación candidata.