Cómo la vacunación potencia el éxito de la lucha contra la rabia en Bután

La primera publicación de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) del Informe sobre el Estado de la sanidad animal en el mundo destaca el papel de la vacunación en la protección de la sanidad animal. Este énfasis en la vacunación se refleja en la ambiciosa iniciativa de Bután para controlar la rabia. En 2021, en virtud de un decreto real, el país puso en marcha su iniciativa más ambiciosa en materia de sanidad animal: el Programa nacional de gestión de la población canina y de control de la rabia, con el objetivo de lograr la vacunación antirrábica masiva y la esterilización del 100 % de los perros errantes.
En octubre de 2023, el país -cuya población de perros supera los 100.000 – había conseguido esterilizar a todos los perros errantes y alcanzar una cobertura de vacunación antirrábica del 90 % de la población. Ahora, casi libre de rabia, el país está trabajando sin descanso con el fin de mantener este logro, poniendo el control en manos de los gobiernos locales y mirando más allá de sus propias fronteras para alcanzar el estatus de país libre de rabia en 2030.
Rabia en Bután
Al escribir estas líneas, si bien se puede decir que la rabia no está presente en todo el país, dividido en 20 distritos conocidos como “dzongkhags”, sino principalmente en las regiones meridional y oriental, debido a su proximidad con la frontera nacional, no siempre fue así. “Aunque los registros oficiales son limitados, la investigación indica que, en las décadas de 1970 y 1980, la rabia era frecuente en muchas partes del país“, explica el Dr. Rinzin Pem, jefe de los Servicios Veterinarios de Bután. “En los años 1980, los esfuerzos de control se centraron en el sacrificio masivo de perros. Sin embargo, la población se opuso firmemente a este enfoque, lo que refleja la veneración cultural y espiritual de Bután por la vida y su desaprobación generalizada de la matanza de animales.”
De hecho, la oposición pública fue uno de los principales factores que generó la búsqueda de soluciones alternativas. “Como Bután es un país pequeño, compuesto por comunidades muy unidas, el sentimiento de la población tuvo una gran influencia“, explica el Dr. Pem. “Finalmente, el hecho de que la vacunación fuera una alternativa basada en pruebas científicas condujo al cambio de estrategia.“
Bután: acciones a escala nacional
Además de la confianza del público en los Servicios Veterinarios del gobierno, las primeras campañas de vacunación contaron con el respaldo de amplios programas de sensibilización y promoción, especialmente en las escuelas de los “dzongkhags” (distritos) de alto riesgo, que promovieron la gestión de la población canina y fomentaron la aceptación pública de los esfuerzos de vacunación. Gracias a su solidez, los servicios de sanidad animal brindaron a las iniciativas de vacunación una importante red con la que trabajar. Estos factores, además de la distribución gratuita de vacunas antirrábicas a cargo de los funcionarios públicos, generaron un fuerte apoyo por parte de la población y la realización de programas anuales de vacunación.
En 2021, a partir de estas campañas anuales, Bután lanzó por decreto real el Programa nacional de gestión de la población canina y de control de la rabia. Se trata de la mayor campaña coordinada de vacunación y esterilización emprendida por el país hasta la fecha. Los Servicios Veterinarios de Bután lograron obtener los recursos financieros, la participación de las comunidades y de 12.000 voluntarios, conocidos localmente como “desuups”.
Según el Dr. Pem, “antes, nuestros esfuerzos de vacunación eran más específicos y dependían de los recursos disponibles. Si bien aspirábamos a una cobertura del 70 %, a menudo, las restricciones de financiación limitaban nuestro alcance”. La campaña nacional cambió por completo esta situación, garantizando un enfoque más sistemático y eficaz. “Si ahora visitas Bután“, reflexiona, “te darás cuenta de que todos los perros sueltos por la calle tienen la oreja marcada con una muesca, lo que significa que están esterilizados y vacunados“.
De cara al futuro
Ahora, el reto consiste en mantener el éxito de esta iniciativa. “Para mantener lo conseguido“, nos cuenta el Dr. Pem, “hemos transmitido la responsabilidad a las autoridades locales, que ahora tienen la tarea de mantener la esterilización del 100 % de los perros errantes y garantizar una cobertura de vacunación contra la rabia de al menos el 70 %“. Además, esta iniciativa pretende mantener la vacunación del 100 % de los perros de compañía, especialmente en las zonas de alto riesgo. Se introdujeron cambios normativos con el fin de mantener elevado el porcentaje de cumplimiento de la vacunación, incluidos los requisitos como la utilización de la correa y el microchip para los animales de compañía. Estas medidas legales preparan al país para alcanzar el estatus de libre de rabia en 2030.
Incluso con el abrumador éxito del programa, siempre existen retos que se deben superar. Uno de ellos es la naturaleza transfronteriza de la enfermedad, puesto que, al ser un país sin salida al mar, Bután se enfrenta a brotes ocasionales causados por las incursiones transfronterizas. En 2024, en un esfuerzo por mitigar este problema, se puso en marcha un programa piloto de vacunación transfronteriza en colaboración con los países vecinos. “Si bien mantenemos una colaboración sostenida, su implementación toma tiempo“, explica el Dr. Pem. Aunque no pierde las esperanzas: “Como comunidad mundial, tenemos que cambiar nuestra perspectiva. No podemos pensar únicamente en términos de fronteras nacionales cuando las enfermedades no lo hacen. Una colaboración regional más estrecha es la única forma de avanzar“.
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